Queridas/os estudiantes y comunidad educativa en general, junto con agradecer su participación y entusiasmo en las actividades CRA 2012, les invitamos a despedir el año 2012 leyendo el siguiente cuento de nuestro ex alumno, egresado de 4to medio Juan Pablo Alvarado.
“La Fácil Tarea”
La
tarea era tan simple, que no necesito mayor esfuerzo para hacerla; remarcar con
lápiz rojo los límites entre su país y el país vecino, pero lo que a él le
resulto tan fácil, parecía para sus compañeros algo un poco más laborioso,
tanto así que al cabo del tiempo dado para realizarla, él era el único que la
había terminado. La Profesora, una mujer ya mayor -cuyo riguroso peinado habría de llamarle para
siempre la atención- se percató de la
responsable actitud de su alumno, que por lo demás, jamás había destacado…
Él
tuvo dos razones para hacerla: La primera era que la simplicidad de la tarea le
permitiría dormitar un rato después de terminarla, y esto le resultaba
tentador, ya que arrastraba con un sueño que le pesaba en la cabeza, la causa
era una somnolencia provocada por las domesticas, pero subidas de tono,
discusiones de sus padres, quienes habían encargado la crianza de su hijo a la
bien recibida televisión y al tan anhelado computador nuevo. Esta somnolencia,
sumada a la timidez, a la prematura inseguridad de sus capacidades y a una poca
asertividad en sus comentarios
-Problemas que, mamá tele y papá computador jamás pudieron abordar
correctamente- Desembocaban, en la que fue, la segunda razón que el niño tuvo
para hacer la tarea; era un ser solitario, es más, se sentaba solo, y esto a
diferencia de lo que podría pensarse no le molestaba como le hubiera sucedido a
alguno de sus hiperactivos y sobrestimulados compañeros, y la verdad lo
prefería así, ya que no tenía mucho de qué hablar con ellos, sino más bien, en
su soledad, le gustaba sumergirse en sus pensamientos y escapar a lugares tan
lejanos y maravillosos como solo una mente refinada en soledad puede crear.
Y
en eso estaba cuando dictaron la tarea, la cual no representaba una acción que
interviniera con sus fugas mentales y que por lo mismo encargo a la burda
precisión que hasta entonces tenía en
sus malvaloradas manos. Ahí estaba,
soñando despierto, casi literalmente, y es que con el sueño que arrastraba en la
cabeza generaba incoherencias fascinantes que después le costaba recordar,
cuando la Profesora llama atención del curso para destacar la intachable
laboriosidad de su compañero, en las lejanías de su mente resonó su nombre en
la voz de la respetada y rigurosa, pero por sobre todo, bien peinada Profesora,
provocando la natural reacción de volver en si un poco exaltado, el aterrizaje
mental fue forzoso, y aun adormilado no pudo entender muy bien el motivo por el
cual La Profesora lo señalaba, y a esto, sus alegres y alborotados compañeros
volteaban a mirarlo predispuestos en una complicidad colectiva, a desatar una
infantil y alegre algarabía entre aplausos y silbidos…
“LO
FELICITO”, con eso le timbraron el pasaporte de vuelta a la realidad, pero aun
así, no quiso deshacerse del sueño que le pesaba, ya que envestía la situación en
un aura de irrealidad, a la cual él estaba tan acostumbrado.
Y
por primera vez en mucho, un momento de alegría que no tuvo que imaginar, por
primera vez en mucho, los gritos y el alboroto le supieron bien, hace mucho que
no reía con los ojos, y esta vez, aunque con los ojos cansados, se achinó entre
ojeras, lo que conmovió a la rigurosa, pero blanda de corazón Profesora, quien
fuera la primera persona en mucho, en notar en el niño algo bueno, en sacarle
una sonrisa, en verle sinceramente feliz…
Desde aquí el niño marcaría con una
línea su vida… de ahora en más, solo bajaría de su nube para recibir
felicitaciones…
RUBE
Dedicado a
La
Rigurosamente bien peinada Tía Marcelina…
A
todos los que sueñan despiertos…
Y
a los que duermen en clases… (Alt+1)
No hay comentarios:
Publicar un comentario